domingo, 16 de septiembre de 2012

NUEVA YORK SE VISTE DE GANCHILLO

Nueva York se viste de ganchillo

Interior de la tienda de Benetton en el SoHo de Nueva York.Interior de la tienda de Benetton en el SoHo de Nueva York.
  • Un grupo de aficionadas al punto de Castellón decoran una tienda del SoHo
  • Es un proyecto de local artístico de Benetton que solo abre este otoño
Las figuras de ganchillo de un grupo de Castellón decoran el último proyecto de la firma de moda italiana Benetton en Nueva York. Ubicada en el corazón del SoHo, junto a Broadway, la tienda se abrió el pasado jueves y permanecerá abierta hasta el 31 de diciembre.
"Tejemos objetos con lana que recuerden a los reales en la forma pero no en el color, es decir, cactus negros, fresas gigantes de color azul turquesa, etcétera", explica Noelia Coll, una de las fundadoras del grupo SpinmeetS.
Bajo este nombre una treintena de mujeres, entre los 30 y los 70 años, se reúnen semanalmente en "espacios abiertos para que toda la gente que quiera entre a formar parte", cuenta Eva Vaquer.
La fiebre del ganchillo les animó a participar en movimientos como el Urban Knitting, con el que realizaron acciones por las ciudades. Marisa Tormo recuerda como "el 23 de abril hicimos un reparto simultáneo de flores de lana en varias ciudades de España".
Este verano Benetton les encargó que tejieran varios objetos para su tienda temporal neoyorquina, un proyecto con el que quieren marcar tendencia en una ciudad en la que algunos colectivos ya reivindicaban la vuelta al tejido a mano.
Coll destaca que ha sido "una colaboración muy fácil, porque nosotras les propusimos una serie de formas que sabíamos hacer, ellos seleccionaron los que más les gustaron y luego nos dieron la paleta de los colores que debíamos seguir para tejer nuestras creaciones". Luego se trataba de "ponerse manos a la obra, los patrones y las formas eran libres, por lo que cada una puso su imaginación y su arte para tejer pasteles, caramelos y más cosas".
Para María Antonia Miralles las piezas que más costaron de realizar fueron "las más grandes, el delfín de dos metros de largo y el monopatín". Pero esas no son las piezas más curiosas, Coro Pedrosa cree que ese lugar le corresponde "a todas las que representaban comida, como pastelitos, pizza, sandía, berenjenas o fresas porque el color diferente a real les daba un toque muy especial".
A través de su web (spinmeets.net) quieren "que los diseñadores vean nuestro trabajo y nos puedan encargar más cosas", cuenta Coll. Hasta ahora el grupo había realizado algún encargo pero de menor envergadura, reconoce Tormo. "no de los objetivos que tenemos es revalorizar los objetos artesanales cotidianos que se vienen haciendo en nuestras casas de toda la vida para llevarlos a una visión más actual, modernizada y contemporánea y sacarlos a la calle", concluye Coll.